Con el inicio de un nuevo año, enero se convierte en un momento de renovación para muchos en Ecuador, marcando el inicio de resoluciones de salud y bienestar. Los gimnasios ven sus puertas abiertas a un flujo constante de nuevas y antiguas caras, todas unidas por un objetivo común: mejorar su condición física y su estética corporal.
En este panorama, para el fisicoculturista tulcaneño Eduardo Morales ofrece una guía para aquellos que buscan adentrarse o profundizar en el mundo del ejercicio.
Morales, con casi trece años dedicados al fisicoculturismo, no solo ha cosechado triunfos nacionales e internacionales, con ocho títulos nacionales consecutivos y representaciones en campeonatos sudamericanos y mundiales- Todos estos logros ha utilizado para enseñar a otros sobre la importancia de la constancia, la adaptación y el conocimiento del propio cuerpo.
El dolor no debe desmotivar
El ejercicio, según Morales, es una jornada que comienza con semanas de adaptación. «El dolor inicial no debe ser un desmotivador, sino un indicador de que el cuerpo está respondiendo al estímulo», explica, recomendando comenzar con un peso que represente el treinta por ciento de la capacidad individual para evitar lesiones y sobreentrenamiento. El mensaje central es que la paciencia y la perseverancia son más valiosas que la fuerza bruta.
En cuanto a la genética, Morales Vaca destaca la diversidad de respuestas corporales al ejercicio. Los ectomorfos, con cuerpos delgados y una lucha constante para ganar masa muscular, requieren estrategias diferentes a los mesomorfos, quienes tienen una predisposición natural a desarrollar músculos, o a los endomorfos, que pueden ganar grasa más fácilmente, pero tienen un gran potencial para la hipertrofia (crecimiento) muscular. Cada tipo de cuerpo necesita un enfoque específico en términos de entrenamiento, intensidad y recuperación.
¿Cuántas veces debo comer?
Por otro lado, la alimentación es otro pilar fundamental, es abordada con detalle por Morales. Recomienda una distribución de cinco comidas al día, ajustando las calorías según si el objetivo es ganancia o pérdida de peso. «La dieta debe ser tan personalizada como el entrenamiento», comenta, subrayando la importancia de evitar comidas pesadas antes de dormir para no interferir con el descanso y la recuperación del cuerpo. Sabe bien que una mala alimentación puede anular los esfuerzos en el gimnasio.
Cuando se trata de suplementación, Morales Vaca advierte sobre la necesidad de ser informado. «La proteína y la creatina pueden ser complementos útiles, pero no son la solución mágica», explica. La suplementación, según él, debe ser una ayuda, no una dependencia.
Entrenamiento en el cuerpo femenino
Muy comúnmente se escucha que si la mujer va a un gimnasio para ejercitarse puede volverse ancha o ‘espaldona’ como un hombre, sin embargo, Morales ofrece una perspectiva inclusiva y detalla cómo el entrenamiento puede y debe adaptarse según la genética y los deseos estéticos de cada una, enfocándose en áreas como piernas y glúteos sin forzar el desarrollo de la espalda de manera desproporcionada.
Él sugiere evitar el trabajo excesivo en la espalda para no aumentar el ancho de los hombros o la cintura de manera indeseada, especialmente para aquellas con una predisposición genética a tener una espalda más ancha. En su lugar, se debe enfatizar el trabajo de piernas, glúteos y busto. Para las piernas y glúteos, se recomienda entrenamiento pesado pero controlado, con ejercicios como sentadillas, peso muerto y extensiones de pierna, adaptando la carga para evitar lesiones.
¿Cómo construir el hábito?
El mensaje de Morales Vaca va más allá de la competencia o el desarrollo muscular; es un llamado a construir hábitos saludables. «El ejercicio no es una carrera corta; es un estilo de vida», sostiene, motivando a todos, especialmente a los que inician este camino en enero, a ver el ejercicio como una inversión en su salud a largo plazo.
Recomienda empezar con sesiones cortas y manejables, estableciendo un horario fijo para el entrenamiento que se alinee con la rutina diaria, lo que ayuda a convertir las visitas al gimnasio en parte de la vida cotidiana. Además, recalca la importancia de escuchar al cuerpo, ajustando la intensidad según la respuesta física y emocional, y no forzar el entrenamiento. Finalmente, Morales enfatiza que el hábito se construye con paciencia y perseverancia, viendo cada día en el gimnasio como una inversión en uno mismo.
¿Y usted, está listo para empezar a invertir en su salud? // NA.