27 de noviembre de 2025

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Reportaje - Noviembre 2025

UNA TRADICIÓN MILENARIA QUE RENACE EN MONTÚFAR

Cervecería Apus: sabor y ciencia en el corazón de San Gabriel

Desde ollas caseras hasta una planta propia, Jhoel Guerrero ha construido un proyecto que combina técnica, historia y pasión. Apus, la única cerveza artesanal legalmente constituida en Montúfar, participa ahora en ferias y sueña con expandir su gastronomía y sus sabores.

Antes de llamarse cerveza, esta bebida ya era un puente entre culturas. Sus rastros más antiguos aparecen en tablillas mesopotámicas; los egipcios la consideraron un regalo divino; y en la Edad Media, los monasterios y abadías europeas la perfeccionaron con dedicación espiritual —monjes que fermentaban cebadas como quien copia manuscritos sagrados— y muchas de esas cervecerías monásticas siguen activas hoy.

El origen de una idea que fermentó por años

La cervecería Apus nació antes de existir. Vivía como una idea persistente en la cabeza de Jhoel Guerrero desde sus días universitarios. “Nace desde el gusto propio, de mi gusto hacia la cerveza… de la idea de tener un producto propio, creado con mis manos, y que llegue a más personas”, cuenta.

Aunque el proyecto se consolidó hace cuatro años, la semilla germinó entre conversaciones de amigos. Montúfar no tenía una planta de cerveza artesanal, y eso lo impulsó. “Nace desde ahí y de tener algo propio que nos identifique como Montúfar”, afirma.

Un nombre con montaña, memoria y espíritu

El nombre de Apus no fue un nombre casual. “Apus viene de un concepto prehispánico que significa aborígenes y guardianes de la naturaleza, especialmente de las altas montañas”, explica Jhoel, quien además practica montañismo. El nombre sintetizó sus pasiones: naturaleza, cultura ancestral e identidad local.

Los primeros litros de cerveza se realizaron con ollas prestadas de su mamá y experimentos caseros. “Al inicio comencé prácticamente cocinando en las ollas de mi mamá… haciendo cerveza desde dos litros, tres litros”, recuerda entre risas.

Más tarde llegaron las primeras pruebas serias: “Nos tomamos unos tres litros entre cuatro personas y terminamos ebrios, al principio ni sabía cuántos grados tenía la cerveza”.

De pruebas caseras a una planta cervecera completa

El proyecto tomó forma técnica cuando Jhoel se capacitó formalmente y logró el registro sanitario. La cervecería —ubicada en la zona del mercado central de Montúfar— ya cuenta con fermentadores de acero inoxidable, ollas de 60 y 100 litros y sistema de embarrilado.

Hoy producen entre 130 y 150 litros por lote, ajustándose al ritmo del consumo local: cuando quedan 20 o 30 litros en su gastrobar, planifican la siguiente cocción.

Siete recetas con identidad propia

Apus desarrolla siete estilos de cerveza, algunas con ingredientes poco tradicionales: Hazy IPA una cerveza rubia con maracuyá, mango y miel, stout de café y chocolate, Irish Red Ale de color rojo con jamaica para intensificar el color, Brown Ale con malta tostada y carácter seco, Barley Wine de estilo navideño, con cuerpo y aromas a vino, Belgian Dubbel de caramelo y malta

Para los insumos, estos provienen de Alemania y Bélgica. Muchos cambios de sabor surgieron de ensayo y error: “En las pruebas salían con aromas a banano, me di cuenta de que el cambio de levadura hacía que los matices mejoren”.

Producto con registro sanitario

Por otro lado, aunque existen otros productores caseros en la zona, Apus es la única planta registrada y reconocida oficialmente. “Tenemos el registro sanitario y todas las medidas que el ARCSA solicita”, explica Guerrero.

Paralelamente, hace siete meses abrieron Apus Privilegio, un gastrobar frente a las letras de San Gabriel, en el terminal terrestre. Allí maridan sus cervezas con cortes premium como picañas, cowboys, ribeye, hamburguesas y alitas especiales.//NA